martes, 31 de julio de 2007
miércoles, 20 de junio de 2007
Museo / Arte y Reprsentacion Hospitalaria

El viernes 7 de noviembre se inaugura en el Instituto Nacional del Cáncer la exposición de los artistas Mónica Rojas, Cristián Jaramillo y Rodrigo Rubilar.
El titulo de la exposición se asemeja al encabezamiento de la convocatoria de un coloquio sobre salud pública:MUSEO, ARTE Y REPRESENTACIÓN HOSPITALARIA. En términos estrictos, se trata de un intervención de arte en el espacio hospitalario; Es decir, en un terreno específico del espacio público. Estos son artistas que no se confunden en la sinonimia entre calle y arte público. Ahora, si el espacio hospìtalario Es un espacio público, el Instituto Nacional del Cáncer es un espacio público de excepción. Cualquier intervención en dicho espacio debe mantenerse en un plano de pulcritud y respeto, tanto hacia el espacio como hacia los pacientes. Cuestión paradojal, puesto que las artes de la intervención trabajan con la hipótesis de la infracción. En este terreno, dicha hipótesis debe experimentar el efecto de una negociación compleja con las autoridades hospitalarias. Es así como la Unidad de Extensión Cultural del Instituto Nacional del Cáncer ha actuado como mediadora. Lo primero que habría que preguntarse es por la existencia de una Unidad de Extensión Cultural en dicho lugar.Ciertamente, se trata de poner en pie un espacio relacional complejo destinado a proporcionar un mejor servicio en el tratamiento del cáncer. Lo primero que se debe pensar desde el espacio de artes visuales es que se acude a incorporar actividades artísticas con propósitos terapéuticos. Es común que estudiantes de arte y artistas participen en programas de ayuda solidaria. No hay escuela de arte donde alguien no sostenga la idea de ir a realizar talleres al hospital psiquiátrico. La proximidad de la locura fascina a los artistas. Ellos saben que Goya iba a croquear a los hospicios. La configuración fisiognómica del loco plantea interesantes problemas a la representación gráfica. El espacio hospitalario vendría a ser una extensión de enseñanzas plásticas limítrofes.Pero el proyecto de la Unidad de Extensión Cultural del Instituto Nacional del Cáncer, a cargo de Dalibor Herrera, plantea una complejidad mayor. En primer lugar, porque interpela al espacio artístico en su capacidad de intervención en un lugar excepcional, que puede ser percibido como primera línea de la lucha contra el dolor. En segundo lugar, porque pone en riesgo la propia representación que la salud pública puede tener de sí misma. ¿Basta con eso? ¿No se hace necesario que la “sociedad en su conjunto” entienda cual es el rol y función de ésta en el contexto de la nueva industria de la salud? Pero ya sabemos, la “sociedad en su conjunto” no existe, sino grupos decisionales, tanto fácticos como sutilmente mediatizados, que especulan con el malestar de los chilenos. En este sentido, el proyecto de Dalibor Herrera promueve que las propias prácticas de arte pongan en evidencia la precariedad institucional que la salud pública se hace de su propia corporalidad institucional. No se trata, pues, de un simple programa de ayuda o de reacondicionamiento ambiental.El trabajo de Mónica Rojas, Cristián Jaramillo y Rodrigo Rubilar ha puesto de relieve la cuestión del archivo de la enfermedad y lo ha puesto en escena. Quien apela a la cuestión del archivo apela a la reconstrucción de la memoria del lugar. Por eso, uno de los trabajos más significativos de este proyecto consista simplemente en hacer evidente la lucha contra la ruinificación del edificio, que es una metáfora de la lucha contra la ruinificación de la salud pública, que a su vez, resulta ser la imagen efectiva de la lucha contra la ruinificación de la corporalidad, propiamente hablando.
Noviembre 2003
Justo Pastor Mellado
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Museo / Arte y Reprsentacion Hospitalaria
Museo / Arte y Reprsentacion Hospitalaria / Proyecto

Arte , Museo y Representación Hospitalaria .
El proyecto ”Arte , Museo y Representación Hospitalaria “ se plantea como una manifestación artística exhibida en lugares determinados al interior de los pasillos del hospital formando por medio de “estaciones visuales “un recorrido posible de ser captado simultáneamente por distintos usuarios del establecimiento. El planteamiento general de esta exposición se relaciona con la posibilidad de proporcionar por medio de la organización de elementos ya existentes ( pinturas exhibidas y la utilización de luces) en conjunto con una pintura mural; la apertura de espacios distintos pero que de igual manera se hacen parte de la dinámica propia del hospital.
La exposición ha sido diseñada básicamente como la potenciación de distintos zonas en relación con la arquitectura y con el flujo de personas, distinguiendo los lugares de tránsito y de espera; cada una con requerimientos visuales distintos que serán abordados con diferentes dispositivos estéticos (pintura, escultura, grafica, etc.), con la necesidad de aportar efectivamente a una integración del arte y la cultura dentro de los espacios y tiempos existentes al interior de la cotidianeidad del hospital.
Es así como nuestro proyecto se articula a partir de distintos montajes insertos en un perímetro determinado, divididos en cinco lugares específicos:
1. El mural: será ejecutado en el pasillo colindante al patio central, cuya disposición obedecerá a dos ejes principales; la relación dinámica entre las vías de desplazamiento y el atractivo arquitectónico inherente de este espacio. Se constituirá como franjas de color azul, amarillo, verde y naranjo; yuxtapuestos con un texto de grandes dimensiones referente a la historicidad del hospital.
2. El Oratorio: consistirá en la reproducción del cuadro que esta en el Auditórium, esta pintura será realizada mediante la utilización de estampas de timbres(1), los cuales armarán la figura aludiendo a la analogía entre la mancha pictórica y los píxeles de la imagen digital.
3. Cajas de Luz: La tercera estación será el arco situado frente a la sala de espera de los niños, en el cual construiremos dos grandes columnas, a partir de imágenes de naturaleza y arquitectura del mismo instituto, insertas en negatoscopios o cajas de luz.
4. Pinturas de Niños: El siguiente montaje consistirá en la reorganización y traslado de los cuadros exhibidos en el hospital (realizados por los niños. El objetivo de dicho movimiento se relaciona con la creación de un lugar de carácter propiamente infantil, donde ya existe la implementación adecuada para el juego de niños en el espacio de la espera. Los cuadros se distribuirán en dos grandes formatos enmarcados por tubos fluorescentes, que aportaran al lugar la calidez visual necesaria para la distracción del niño - paciente – espectador.
5. Auditórium: en este espacio será exhibido constantemente un registro videográfico del recorrido, tanto externo como interno del instituto, es decir, un documental basado en el transito de los distintos agentes que componen el contexto social y urbano de este recinto hospitalario, haciendo énfasis en imágenes representativas de la hermosa arquitectura que predomina en el lugar, así como sus jardines interiores y columnas.
El proyecto ”Arte , Museo y Representación Hospitalaria “ se plantea como una manifestación artística exhibida en lugares determinados al interior de los pasillos del hospital formando por medio de “estaciones visuales “un recorrido posible de ser captado simultáneamente por distintos usuarios del establecimiento. El planteamiento general de esta exposición se relaciona con la posibilidad de proporcionar por medio de la organización de elementos ya existentes ( pinturas exhibidas y la utilización de luces) en conjunto con una pintura mural; la apertura de espacios distintos pero que de igual manera se hacen parte de la dinámica propia del hospital.
La exposición ha sido diseñada básicamente como la potenciación de distintos zonas en relación con la arquitectura y con el flujo de personas, distinguiendo los lugares de tránsito y de espera; cada una con requerimientos visuales distintos que serán abordados con diferentes dispositivos estéticos (pintura, escultura, grafica, etc.), con la necesidad de aportar efectivamente a una integración del arte y la cultura dentro de los espacios y tiempos existentes al interior de la cotidianeidad del hospital.
Es así como nuestro proyecto se articula a partir de distintos montajes insertos en un perímetro determinado, divididos en cinco lugares específicos:
1. El mural: será ejecutado en el pasillo colindante al patio central, cuya disposición obedecerá a dos ejes principales; la relación dinámica entre las vías de desplazamiento y el atractivo arquitectónico inherente de este espacio. Se constituirá como franjas de color azul, amarillo, verde y naranjo; yuxtapuestos con un texto de grandes dimensiones referente a la historicidad del hospital.
2. El Oratorio: consistirá en la reproducción del cuadro que esta en el Auditórium, esta pintura será realizada mediante la utilización de estampas de timbres(1), los cuales armarán la figura aludiendo a la analogía entre la mancha pictórica y los píxeles de la imagen digital.
3. Cajas de Luz: La tercera estación será el arco situado frente a la sala de espera de los niños, en el cual construiremos dos grandes columnas, a partir de imágenes de naturaleza y arquitectura del mismo instituto, insertas en negatoscopios o cajas de luz.
4. Pinturas de Niños: El siguiente montaje consistirá en la reorganización y traslado de los cuadros exhibidos en el hospital (realizados por los niños. El objetivo de dicho movimiento se relaciona con la creación de un lugar de carácter propiamente infantil, donde ya existe la implementación adecuada para el juego de niños en el espacio de la espera. Los cuadros se distribuirán en dos grandes formatos enmarcados por tubos fluorescentes, que aportaran al lugar la calidez visual necesaria para la distracción del niño - paciente – espectador.
5. Auditórium: en este espacio será exhibido constantemente un registro videográfico del recorrido, tanto externo como interno del instituto, es decir, un documental basado en el transito de los distintos agentes que componen el contexto social y urbano de este recinto hospitalario, haciendo énfasis en imágenes representativas de la hermosa arquitectura que predomina en el lugar, así como sus jardines interiores y columnas.
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martes, 19 de junio de 2007
Obra Gruesa - Diario Las Últimas Noticias

Foto: Héctor Ruz
Exposición de Mónica Rojas y Ana María Ilabaca en la Galería Metropolitana
Chicas audaces se montan en enorme elefante blanco
Martes 19 de agosto de 2003 Rodrigo Castillo R.
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Ana María Ilabaca y Mónica Rojas posan junto al inacabado hospital.
Las autoras han rescatado la importancia histórica y visual del inacabado Hospital del Empleado Público a través de un montaje que combina dibujos, radiografías, video e internet.
"El Hospital del Empleado Público me ha obsesionado toda la vida: cuando era chica y lo veía desde el auto al pasar por la Panamericana, sentía que de alguna manera me llamaba", confiesa la artista Mónica Rojas, quien, junto a su colega Ana María Ilabaca, ha creado una instalación multimedial inspirada en el inacabado edificio ubicado en la comuna de Pedro Aguirre Cerda.
En el montaje, que se titula "Obra gruesa" y se inaugura el viernes en la Galería Metropolitana (Félix Mendelssohn 2941), la dupla despliega una combinación de dibujos, radiografías, video e internet para estructurar una reflexión que aborda tanto las molestias que el improductivo inmueble ha creado a los habitantes del sector como la importancia que el recinto ha tenido en el imaginario de los artistas visuales chilenos de las últimas dos décadas.
Para evocar la imagen del frustrado hospital, las dos autoras han trazado -utilizando la misma pintura amarilla que se emplea para dibujar las líneas de tráfico en las calles- el plano de planta del primer piso de ese edificio en el suelo del espacio de exhibición y han dispuesto cinco negatoscopios en los que es posible ver radiografías de columnas vertebrales pertenecentes a personas discapacitadas.
Rojas e Ilabaca también exhiben un video que, además de las entrevistas que ambas han realizado entre los vecinos del sector (durante años, la estructura ha sido refugio de antisociales y fuente de malestar para los habitantes de la comuna), incluye fragmentos de registros audiovisuales captados durante las acciones de arte que figuras como Lotty Rosenfeld y el colectivo Las Yeguas del Apocalipsis han desarrollado en las solitarias dependencias del recinto hospitalario.
"Este edificio es un elefante blanco, es un hito dentro de la monumentalidad de la ruina histórica urbana metropolitana, y desde esa perspectiva nos interesa recuperarlo como hito y como hospital inhóspito que, desde 1971, cuando fue erigido, nunca ha podido servir para su fin", dice Rojas.
-¿A qué se debe el interés que este hospital despierta entre los artistas?
-Las ruinas son súper interesantes. Esta construcción, a lo largo del tiempo, ha atraído a artistas visuales, músicos, cineastas y directores de comerciales, porque estos despojos nos hablan de la memoria y de un pasado siniestro que sólo se puede encontrar después de escarbar mucho.
Vanas promesas
Uno de los elementos claves de la propuesta de Mónica Rojas y Ana María Ilabaca es una cámara especial que registrará todo lo que ocurra en la Galería Metropolitana mientras dure la muestra. Las imágenes que capte el dispositivo estarán a disposición de los cibernautas en la página http://es.geocities.com/mrojaspi/
"Las personas que vengan a la galería van a poder verse en la página de internet gracias a un computador que instalamos en la sala, pero cuando miren la pantalla sólo van a poder ver sus propias espaldas, debido a la posición en que ubicamos la cámara, y eso nos interesa porque se relaciona con esa promesa incumplida de comunicación absoluta que ofrecen la internet y la globalización", explica Rojas.
OBRA GRUESA/ OBRA TERMINAL: DOS NUEVAS CATEGORÍAS LOCALES.

OBRA GRUESA/ OBRA TERMINAL: DOS NUEVAS CATEGORÍAS LOCALES.
Desde hace unos años a la fecha, el tema de lo Global y lo Local ha ocupado los programas de coloquios sobre arte y cultura, de manera análoga a como ocurriera en la década anterior con el tema de las relaciones entre Centro y Periferia. Este debate decae en nuestra escena plástica para ilustrar una política de sanciones económicas destinada a reproducir un discurso maniqueo que, obviamente, traslada las categorías global/local y centro/periferia para describir las relaciones de poder que definen la circulación de los bienes simbólicos a nivel de una extensión topográfica determinada: SANTIAGO, Región Metropolitana. De este modo, el programa de Galería Metropolitana extiende el esquema de las garantizaciones históricamente depositadas por el discurso básico richardiano, para traer a casa los efectos rearticuladores del discurso de la Resistencia, bajo la representación heroica de lo Local y lo Periférico como zonas ontológicamente superiores. En términos de política artística, esta ideología de la ocupación territorial trabaja con la categoría distintiva de “Plaza Italia para arriba” y “Plaza Italia para abajo”, con el propósito de marcar el sentido de un esquematismo reductivo de alta rentabilidad analítica en circuitos que han hecho de la “alternativa”, una academia, porque lo único que termina fortaleciendo es el dogmatismo endogámico de sectores que experimentan un fuerte decaimiento presupuestario, en el sentido más amplio del término.
La topografía santiaguina nos enseña, una vez más, que la geografía siempre ha servido para hacer la guerra. ¡La guerra social, se entiende! No había que esperar a que Jaar hiciera un trabajo con esa frase para que muchos recién se enteraran. De ahí que el título OBRA GRUESA pone en función la parodia de esta distinción. La “obra gruesa” vendría a describir la condición de Plaza Italia “para abajo” mientras que, por antonomasia, Plaza Italia “para arriba” exhibiría solo su condición (más que) suficiente de “obra fina”. En este punto, no es necesario hacer una gran reflexión sobre el “genius locus” ni trasladar alguna cita ilustrativa de las condiciones del “habitar” de los signos en la trama urbana. Baste abordar el complejo político subordinado a la distribución toponímica de las energías sociales en esta capital abierta a las nuevas exigencias (globales) implícitas en la firma del TLC. ¡Más aún! Cuando en el territorio de los “gruesos” habitan quienes trabajan diariamente en el territorio de los “finos”, produciendo cotidianamente grandes movimientos migratorios que afectan gravemente la calidad de vida de grandes masas de trabajadores. A esto se debe agregar que en el sector “grueso” se encuentran localizados centros universitarios y galerías de arte que se han implantado con el objeto de proporcionar a los “gruesos” las herramientas de su emancipación. En este marco, OBRA GRUESA, como trabajo de arte de Mónica Rojas y Ana María Ilabaca, expone las condiciones de la ofensiva de los “finos” hacia el territorio de los “gruesos”, mediante la puesta en escena del concepto de Reconversión. El objeto buscado para tal demostración es el hospital desafectado de Ochagavía: una ruina representativa de la derrota de los Gruesos a manos de los Finos. Doble derrota: primero, por su conversión en Ruina de una “utopía”; segundo, por su re-conversión en Mall: Monumento a la Destitución del Estado protector.
Durante la Dictadura, este Monumento a la Ruinificación Polític fue objeto de numerosas intervenciones de artistas, entre las que se debe principalmente mencionar a Lotty Rosenfeld y a Las Yeguas del Apocalipsis. Esta gran Animita Cívica sirvió de marco para múltiples trabajos rituales de rememoración de la liturgia partidaria puesta en el Index. Era una edificación adecuada para solventar el discurso en contra de la Musealidad. ¡Hasta que se hizo visible la Transición Democrática! Entonces la ruina sería verificada como foco de desestabilización social, destinada a convertirse en superficie de Reparación Monumental. El “hospital-jamás-habilitado” pasó a vivir años más gloriosos como Ruin Polític, para luego, finalmente, re-activarse como Centro Cívico. Es decir, centro cívico en una nueva acepción: espacio de circulación y de consumo de mercancías. Lo cual, por cierto, instala y sanciona el triunfo de lo Global sobre lo Local; en suma, del Centro sobre la Periferia.
En este contexto, OBRA GRUESA recoge los últimos indicios de la memoria del lugar como “ruina política”, montando la imagen determinante de una “política de la ruina”. ¿Y cómo lo hace? Montando un dispositivo-emblema de lo Global: un sitio web. O sea, un artificio tecnológico que supera la ortopedia gráfica que corresponde a la coyuntura de edificción del proyecto sanitario; a saber, ¡la serigrafía! De ahí, a recordar, “El pueblo tiene arte con Allende” y la carpeta de “las cuarenta medidas”. Pero ahora, la web-cam le permite a Mónica Rojas y a Ana María Ilabaca, y , mediante recursos caseros, reconvertir un dispositivo de vigilancia cercana, ya explotado por los “video-artistas de los orígenes”, para señalar procedimientos especulares identitarios. O sea, mediante el montaje de un recurso “para” la galería, sabiendo que el trabajo se las juega en la red, retrabajando los documentos que exhibe a título de “activación de archivo”, que sancionan “la memoria del lugar”, en la coyuntura de su Des-Ruinificación como “obra gruesa” y su pronta transformación en Unidad Productiva, en condición de Obra (fina) Terminada.
De este modo, el dispositivo de la web-cam proviene de dos vertientes: la retórica visual de la página porno y las estrategias de comunicación mediante “self-media”, re-ubicando a la galería como espacio de congelamiento del “efecto de extrañamiento” que la determina como Servicio Comunitario, al mismo tiempo que la des-localiza de sus amarres barriales. La galería pasa a ser víctima de su propio éxito como dispositivo de exhibición. Ya había corrido un riesgo con el trabajo reciente de Mario Navarro (RADIO IDEAL), pero allí había permanecido –a sabiendas- en el espacio de la emisión radiofónica; mientras que OBRA GRUESA combina el sonoro de la toma en directo con la reproducción de la fisicidad del propio dispositivo de emisión de la escena de sala, “consumible” por cada internauta que, a través de esta visita, se impone de la política de programación de la propia galería. El trabajo de OBRA GRUESA habrá consistido, entonces, en la puesta en escena de las propias condiciones de enunciación y representación programática del lugar. Pero no deja de presentar un problema: el referente sigue siendo la Reconversión de la Ruina en Centro Cívico: OBRA TERMINAL. Es decir, la Transición Democrática puede ajustar sus condiciones de Término, puesto que hasta ahora, se nos había hecho “interminable”.
JUSTO PASTOR MELLADO
Desde hace unos años a la fecha, el tema de lo Global y lo Local ha ocupado los programas de coloquios sobre arte y cultura, de manera análoga a como ocurriera en la década anterior con el tema de las relaciones entre Centro y Periferia. Este debate decae en nuestra escena plástica para ilustrar una política de sanciones económicas destinada a reproducir un discurso maniqueo que, obviamente, traslada las categorías global/local y centro/periferia para describir las relaciones de poder que definen la circulación de los bienes simbólicos a nivel de una extensión topográfica determinada: SANTIAGO, Región Metropolitana. De este modo, el programa de Galería Metropolitana extiende el esquema de las garantizaciones históricamente depositadas por el discurso básico richardiano, para traer a casa los efectos rearticuladores del discurso de la Resistencia, bajo la representación heroica de lo Local y lo Periférico como zonas ontológicamente superiores. En términos de política artística, esta ideología de la ocupación territorial trabaja con la categoría distintiva de “Plaza Italia para arriba” y “Plaza Italia para abajo”, con el propósito de marcar el sentido de un esquematismo reductivo de alta rentabilidad analítica en circuitos que han hecho de la “alternativa”, una academia, porque lo único que termina fortaleciendo es el dogmatismo endogámico de sectores que experimentan un fuerte decaimiento presupuestario, en el sentido más amplio del término.
La topografía santiaguina nos enseña, una vez más, que la geografía siempre ha servido para hacer la guerra. ¡La guerra social, se entiende! No había que esperar a que Jaar hiciera un trabajo con esa frase para que muchos recién se enteraran. De ahí que el título OBRA GRUESA pone en función la parodia de esta distinción. La “obra gruesa” vendría a describir la condición de Plaza Italia “para abajo” mientras que, por antonomasia, Plaza Italia “para arriba” exhibiría solo su condición (más que) suficiente de “obra fina”. En este punto, no es necesario hacer una gran reflexión sobre el “genius locus” ni trasladar alguna cita ilustrativa de las condiciones del “habitar” de los signos en la trama urbana. Baste abordar el complejo político subordinado a la distribución toponímica de las energías sociales en esta capital abierta a las nuevas exigencias (globales) implícitas en la firma del TLC. ¡Más aún! Cuando en el territorio de los “gruesos” habitan quienes trabajan diariamente en el territorio de los “finos”, produciendo cotidianamente grandes movimientos migratorios que afectan gravemente la calidad de vida de grandes masas de trabajadores. A esto se debe agregar que en el sector “grueso” se encuentran localizados centros universitarios y galerías de arte que se han implantado con el objeto de proporcionar a los “gruesos” las herramientas de su emancipación. En este marco, OBRA GRUESA, como trabajo de arte de Mónica Rojas y Ana María Ilabaca, expone las condiciones de la ofensiva de los “finos” hacia el territorio de los “gruesos”, mediante la puesta en escena del concepto de Reconversión. El objeto buscado para tal demostración es el hospital desafectado de Ochagavía: una ruina representativa de la derrota de los Gruesos a manos de los Finos. Doble derrota: primero, por su conversión en Ruina de una “utopía”; segundo, por su re-conversión en Mall: Monumento a la Destitución del Estado protector.
Durante la Dictadura, este Monumento a la Ruinificación Polític fue objeto de numerosas intervenciones de artistas, entre las que se debe principalmente mencionar a Lotty Rosenfeld y a Las Yeguas del Apocalipsis. Esta gran Animita Cívica sirvió de marco para múltiples trabajos rituales de rememoración de la liturgia partidaria puesta en el Index. Era una edificación adecuada para solventar el discurso en contra de la Musealidad. ¡Hasta que se hizo visible la Transición Democrática! Entonces la ruina sería verificada como foco de desestabilización social, destinada a convertirse en superficie de Reparación Monumental. El “hospital-jamás-habilitado” pasó a vivir años más gloriosos como Ruin Polític, para luego, finalmente, re-activarse como Centro Cívico. Es decir, centro cívico en una nueva acepción: espacio de circulación y de consumo de mercancías. Lo cual, por cierto, instala y sanciona el triunfo de lo Global sobre lo Local; en suma, del Centro sobre la Periferia.
En este contexto, OBRA GRUESA recoge los últimos indicios de la memoria del lugar como “ruina política”, montando la imagen determinante de una “política de la ruina”. ¿Y cómo lo hace? Montando un dispositivo-emblema de lo Global: un sitio web. O sea, un artificio tecnológico que supera la ortopedia gráfica que corresponde a la coyuntura de edificción del proyecto sanitario; a saber, ¡la serigrafía! De ahí, a recordar, “El pueblo tiene arte con Allende” y la carpeta de “las cuarenta medidas”. Pero ahora, la web-cam le permite a Mónica Rojas y a Ana María Ilabaca, y , mediante recursos caseros, reconvertir un dispositivo de vigilancia cercana, ya explotado por los “video-artistas de los orígenes”, para señalar procedimientos especulares identitarios. O sea, mediante el montaje de un recurso “para” la galería, sabiendo que el trabajo se las juega en la red, retrabajando los documentos que exhibe a título de “activación de archivo”, que sancionan “la memoria del lugar”, en la coyuntura de su Des-Ruinificación como “obra gruesa” y su pronta transformación en Unidad Productiva, en condición de Obra (fina) Terminada.
De este modo, el dispositivo de la web-cam proviene de dos vertientes: la retórica visual de la página porno y las estrategias de comunicación mediante “self-media”, re-ubicando a la galería como espacio de congelamiento del “efecto de extrañamiento” que la determina como Servicio Comunitario, al mismo tiempo que la des-localiza de sus amarres barriales. La galería pasa a ser víctima de su propio éxito como dispositivo de exhibición. Ya había corrido un riesgo con el trabajo reciente de Mario Navarro (RADIO IDEAL), pero allí había permanecido –a sabiendas- en el espacio de la emisión radiofónica; mientras que OBRA GRUESA combina el sonoro de la toma en directo con la reproducción de la fisicidad del propio dispositivo de emisión de la escena de sala, “consumible” por cada internauta que, a través de esta visita, se impone de la política de programación de la propia galería. El trabajo de OBRA GRUESA habrá consistido, entonces, en la puesta en escena de las propias condiciones de enunciación y representación programática del lugar. Pero no deja de presentar un problema: el referente sigue siendo la Reconversión de la Ruina en Centro Cívico: OBRA TERMINAL. Es decir, la Transición Democrática puede ajustar sus condiciones de Término, puesto que hasta ahora, se nos había hecho “interminable”.
JUSTO PASTOR MELLADO
OBRA GRUESA / Comunicado

GALERIA METROPOLITANApresenta “Obra Gruesa” de Ana María Ilabaca y Mónica Rojas PiffreCon esta exposición continúa el programa curatorial que GALERIA METROPOLITANA desarrolla durante el presente año y cuyos ejes curatoriales son: Arte y globalización. Dicha programación considera la concurrencia de una serie de proyectos de obra que conectan reflexiva y críticamente con este eje convocante.“Obra Gruesa” abordará la curatoría propuesta desde la tensión “Barrio v/s Globalización”, re-utilizando tanto material como críticamente un espacio clave de la historia de la periferia urbana de Santiago: el “Hospital del Empleado Público”, también conocido como “Elefante blanco” u “Hospital abandonado de Ochagavía”, y articulando desde el propio lugar una intervención que “contamina” la asepsia del circuito de las Artes Visuales en nuestro país.Esta obra pretende reflexionar en torno al contexto global que determina la circulación de la obra de arte en la actualidad: la sociedad del espectáculo. “Obra Gruesa” apuesta por la apropiación crítica de los dispositivos mediáticos y visuales propios del sistema que pretende criticar, por lo demás característico de una sensibilidad contemporánea. “Obra Gruesa” hace referencia directa a conceptos arquitectónicos y urbanos que le otorgan un sentido disfuncional con respecto a la historia social y cultural chilena, re- planteando problemas formulados por importantes obras chilenas de los años 80’s e intentando recomponer cierta filiación formal en un país que siempre niega sus antecedentes.“Obra Gruesa”:Sobre el suelo de la galería estará dibujada la planta nivel acceso del hospital a escala; retomando la distribución interior del recinto “hospitalario”, se dispondrán negatoscopios (dispositivos para ver radiografías) en distintas ubicaciones correspondientes al dibujo de planta, los cuales, exhibirán radiografías de columnas vertebrales discapacitadas intervenidas con distintos métodos que aludan a alguna técnica gráfica o pictórica.En dos de las esquinas de la galería se ubicarán monitores; uno mostrando el registro videográfico del recorrido interior del hospital a medio construir y otro conectado a un computador desde donde se podrá ver una página web diseñada a partir de la historia del Hospital ,además habrá una Webcam conectada “on line” a la pagina web, http://es.geocities.com/mrojaspi/ desde donde cualquier persona conectada a internet podrá ver la galería y la obra en directo, así mismo las personas que ingresen a la Galería podrán ver esta web cam, o cámara de vigilancia –observándolos, pero ellos nunca podrán verse en la pantalla, porque al estar delante del monitor del Pc se verán sólo de espaldas, situando así a la a Galería Metropolitana como único espacio posible para mostrar lo anteriormente señalado e insertando la Galería, la obra y el hospital en la red. La sonoridad de la obra estará dada por la historia verbal relatada por personas que vivan o trabajen en las inmediaciones de este recinto.La colaboración teórica estará a cargo de Justo Pastor Mellado, quien ofrecerá dentro de la misma página web un link hacia su sitio, desde donde hablará sobre la muestra, haciendo referencia directa a trabajos anteriores realizados por otros artistas en el hospital: Enrico Bucci, Lotty Rosenfeld, Gloria Camiruaga, Pedro Lemebel, Juan Castillo, Leonardo Portus, etc.Mónica Rojas Piffre (1974), Licenciada en Artes, Universidad Católica de Chile.Ha expuesto en Concurso Johnnie Walker en las Artes, Museo Nacional de Bellas Artes de Santiago (1999), La Literalidad del Nombre, La Perrera (2002), entre otros.Ana María Ilabaca(1974), Licenciada en Artes Visuales, Universidad de Chile.Ha expuesto en Ficcionautas Asociados, Centro Cultural de España (1996), Metástasis, Facultad de Artes de la Universidad de Chile (2000), entre otros.Colaboración teórica de: Justo Pastor Mellado, Crítico de arte y curador independiente.Inauguración: Viernes 22 de Agosto, 19:30 Hrs. / Cierre: 10 de Septiembre.Curatoría 2003: Luis Alarcón / Ana María SaavedraAuspician: VTR Triple Banda AnchaFélix Mendelssohn 2941, Pedro Aguirre Cerda, Santiago · Fono/Fax: 563 05 06 · metropolitana@mail.com
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